Durante esta semana se han incorporado los alumnos de 4º de ESO que faltaron durante varios días por estar de viaje en Estocolmo. Para que se pusieran al día, Raquel les mandó por correo todo el material que trabajó mientras estuvieron ausentes, y a pesar de eso, han sido capaces de no leer absolutamente nada de lo que Raquel les envió. Y tienen examen la semana que viene.
Por otro lado, en 1º de ESO tenemos a un alumno que fue expulsado durante el mes de Febrero del centro y que ha vuelto a ser expulsado ahora. No deja de sorprenderme que, en un centro donde la expulsión es la última opción, éste ya lo haya conseguido dos veces: parece que lo va buscando, y probablemente así sea. Me da lástima, porque es un chico que tiene que haber tenido algún problema personal, pues no se le ve mal fondo. Eso sí, va acumulando expulsiones de clase por comportamiento disruptivo que al final derivan en expulsión temporal del centro.
Por lo demás, la semana ha transcurrido con normalidad, dentro del caos que supone tener un día festivo en medio, que parte en dos la semana.
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